Casa

La casa y el trabajo a su alrededor


Tener tu propia casa parece un sueño, ¿verdad? Tranquilidad, ningún vecino detrás de un fino muro, un jardín donde tomar café en la terraza, los niños jugando fuera, nada de reuniones de la Asociación de Propietarios… todo un idilio. Pero cualquiera que haya tenido una casa sabe que hay una cosa más: trabajo. Y mucho. Sólo el jardín. Sí, es estupendo tener tu propia parcela verde, pero la hierba no se corta sola, los arriates no se deshierban solos y las hojas no desaparecen en otoño. O disfrutas de tu jardín o te destruirá. Y luego está la propia casa: siempre hay algo que hay que arreglar, pintar o sustituir. Quien dijo que la casa estaba acabada, obviamente no tenía una. Una casa nunca está acabada.

Dům

Y luego están las «reparaciones menores». ¿Un grifo que gotea? Hay que cambiar una junta. ¿La puerta chirría? Engrasar las bisagras. ¿Teja agrietada? Arriba, abajo, solucionarlo. ¿Y una vez que se descuida? Bueno, entonces no es sólo una reparación, es una renovación en toda regla que perjudica no sólo en tiempo, sino sobre todo económicamente. Por eso dicen que una casa es una inversión interminable. Pero, ¿sabe una cosa? A pesar de todo el trabajo duro, cuando a veces piensas «¿por qué no me he ido al apartamento?», la casa tiene su encanto. Esa sensación que tienes cuando te sientas en el jardín con una cerveza o un café después de un día de trabajo y miras lo que has hecho, no tiene precio. Una casa no es sólo un edificio: es un lugar donde vives, donde creas recuerdos y donde te sientes como en casa.

Dům

Y eso merece la pena. Y aún no he mencionado el invierno. Mientras que en tu piso solo tienes que girar el termostato y ya estás cómodo, la casa empieza a funcionar de un modo totalmente distinto. Si tienes una caldera de leña o carbón, sabes de lo que hablo. Transportar la leña, avivar el fuego, sacar las cenizas… todo con la certeza de que si te olvidas o te vas durante un largo periodo de tiempo, lo mejor es que te pongas un abrigo cuando vuelvas. E incluso si tienes bomba de calor o gas, las facturas te recordarán en invierno que mantener una casa no es gratis. ¿Y una tormenta como ésta? Como mucho, pasará por el apartamento y seguirás adelante. ¿En la casa? Rezas para que el viento no te arranque el tejado, los rayos no te quemen el cableado y el granizo no rompa el invernadero o el coche que tienes delante.